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Salud en Haití

            La salud en Haití se caracteriza por la debilidad de su sistema nacional. Las estadísticas de salud son mucho más bajas que las de la mayoría de los países de bajos ingresos. Esta debilidad se ve agravada por la inestabilidad política, la inseguridad, los peligros climáticos como ciclones y terremotos. El de 2010 destruyó casi el 60% de las estructuras de salud del país.

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               Los problemas de salud son un desafío importante, que consiste principalmente en enfermedades infecciosas y parasitarias y enfermedades crónicas. Las principales epidemias son regulares: malaria, VIH, dengue, cólera, chikungunya, Zika, covid 19 ...

             La inseguridad alimentaria se agrava, deja a la mayoría de la población en un estado de debilidad que promueve todo tipo de enfermedades.

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                 La salud se caracteriza, según los informes del MSPP, por:

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  • Por falta de cobertura de salud, solo el 30% de la población tiene acceso a ella.

  • Los establecimientos públicos representan solo el 38% de los establecimientos de salud

  • El personal de salud representa 6,3 por cada 10.000 habitantes

  • El presupuesto nacional de salud ha rondado el 5% en los últimos años, menos de un tercio de las recomendaciones internacionales.

  • Los trabajadores de la salud están en huelga la mayor parte del tiempo (pago tardío de salarios que son demasiado bajos y condiciones de trabajo pésimas)

  • Los centros de salud pública y los hospitales no cuentan con insumos (los pacientes tienen que comprar incluso guantes o compresas)

  • Muchos becarios (México / Cuba) no se integran al sistema de salud al finalizar sus estudios.

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                 Esta situación tan precaria se ve reforzada por la falta de agua potable (el 40% de la población no tiene acceso a agua potable, el 70% no tiene acceso a un sistema de saneamiento mejorado). El calentamiento global está acelerando este problema de acceso al agua.

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          Más del 60% de la población haitiana tiene menos de dos dólares estadounidenses al día, lo que les impide tener fácil acceso al agua potable y la atención primaria de salud. Se encuentran disponibles algunos servicios raros, como campañas de vacunación, niños y mujeres embarazadas, salud preventiva, atención del VIH. La salud escolar es casi inexistente.

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                    El acceso a la atención tiene varios niveles. Solo el 30% de la población tiene acceso a la atención básica en los centros de salud o departamentos de emergencia de los hospitales públicos, donde las esperas son largas y la atención se cobra. En el sector privado, reservado para una determinada clase, los costos son importantes (entre 20 a 35 dólares por consultas), la prescripción de exámenes y medicamentos a menudo importantes y un sistema de consultas repetidas, siempre pagando. Las tarifas son muy altas, sin un sistema de seguridad social. Los seguros en los sectores público y privado suelen ser ineficaces. El seguro privado es inasequible para la gran mayoría. En resumen, es mejor no estar enfermo en Haití.

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                  La gestión de Covid 19, que entró oficialmente en Haití el 19 de marzo de 2020, sigue sin estar clara ni transparente. Se cerraron inmediatamente escuelas, iglesias, fábricas, puertos y aeropuertos. Las autoridades han declarado el estado de emergencia sanitaria con toque de queda y advirtieron a la población de muchas víctimas en las próximas semanas si no se llevan a cabo los gestos de barrera. La población, en una gran mayoría, no creía en esta epidemia y en el discurso del gobierno y lo hizo. No aplicar estas medidas, a pesar de la promiscuidad abrumadora. Los hospitales, que ya carecían de material, no estaban preparados y solo unos pocos hospitales privados podían atender a los enfermos. La población recurrió principalmente a la medicina natural.

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                      Afortunadamente, la enfermedad se ha mantenido muy discreta, los servicios se abrieron nuevamente en agosto y había, al 1 de octubre de 2020, 8.766 casos con 229 muertes.

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